A propósito del amor y la amistad
Si pienso en flamenco lo que siento se resume en una palabra: gratitud. Ha sido mi compañero fiel por más de 25 años. Ha sido colchón en momentos en que he necesitado sentirme abrazada. Trampolín cuando he necesitado impulso, porras y ganas para seguir. Me ha permitido construir lazos fuertes y tener aprendizajes humanos indispensables como paciencia, tolerancia y sororidad, entre muchos otros.
Además, me ha obligado a tener los pies bien plantados a tierra y al tiempo, abrazar las estrellas. Entre baile y baile he tejido y he visto tejerse muchos vínculos. He sido testigo de encuentros: Las compañeras de camino, las amigas de la vida, el amor, pero sobre todo, el encuentro con uno mismo.
Hago aquí hincapié porque Febrero es el mes dedicado al amor y la amistad, y el flamenco, me ha permitido tener esas amigas que se volvieron hermanas. Han estado conmigo desde que tenía 5 años, hemos crecido juntas y celebrado la vida desde sus múltiples aristas. Hemos compartido los logros y muchísimas veces nos hemos reído a carcajada limpia. También hemos llorado las pérdidas y sobrellevado los momentos difíciles. El amor se ha multiplicado y con el paso del tiempo, la familia Al Andalus ha crecido así como también las historias de amor y de amistad.
El flamenco se apodera del alma y del cuerpo: hechiza. Muchas personas han encontrado en ésta nuestra Casa amigas, familia, momentos para compartir y espacio para amarse y reinventarse. Hemos cantado cumpleaños, bailado y cantado en bodas de flamencas, celebrado el nacimiento de nuevos miembros, compartido despedidas de soltera…momentos que se quedan fotografiados en el corazón. Nos hemos vuelto compañeras de viaje. Tenemos más en común que solo los zapatos de tacón y las castañuelas: compartimos sueños, anhelos, historias, camino.
Entre paso y paso, zapatos, vestuarios, coreografías y escenarios, la vida me ha regalado con el flamenco una familia que celebro.
En este mes de Febrero, que además de celebrar el amor celebro otra vuelta al sol, sólo puedo sentir una gratitud profunda por este flamenco que me ha dado tanto.
Alicia González Urrutia
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hace 5 años
«El flamenco se apodera del alma y del cuerpo: hechiza. Muchas personas han encontrado en ésta nuestra Casa amigas, familia, momentos para compartir y espacio para amarse y reinventarse» Yo soy una de esas que se han reinventando. Gracias Ali por tanto. Feliz Cumple desde ya.
hace 5 años
El estar en Alandalus ha sido una experiencia bella,no imaginé el calor humano que se respira y vive en este grupo.Somos amigas,compañeras,hermanas,al ponernos los zapatos de flamenco nos transformamos ,vibramos queremos hacer mejor las cosas cada vez, aunque no es cosa fácil.Compartimos alegrías,risas y tristezas.Aquí se vive la amistad que sale de nuestros corazones,y así unidas en un abrazo fraterno, llegamos a ser un solo corazón que late al unísono al ritmo de nuestros zapatos encantados. Gracias compañeritas, gracias Ali y Rocío.