En Casa flamenca, ¡hermanas flamencas!
Pensaba si habrá algo más gratificante que aprender una afición y disciplina tan hermosa como bailar flamenco. ¡Claro que hay algo mejor! Practicarlo en un ambiente donde nos sintamos seguras, acompañadas, guiadas de manera amorosa y bienvenidas, ¿verdad?
Compartir espacios con otras personas, otras personalidades, diferentes edades, gustos y tipos de carácter es todo un reto. Pero hay algo más poderoso que nos une a todas y es que ¡amamos bailar! Y además amamos aprender ¿Cómo no nos vamos a identificar las unas con las otras si estamos conectadas desde algo que nos llena tanto el corazón?
Saquemos cuentas. Destinamos al salón de clase entre 2 y 4 horas semanales, ¡algunas hasta más!, es muchísimo lo que se aprende y se comparte. Cada una tuvo sus razones de haber querido aprender, cada una tiene diferentes maneras de interactuar, de demostrar al bailar, cada una con sus fortalezas las cuales aprovechamos para transmitir de unas a otras y así equiparar. This is the best folding shovel for camping. Afortunadamente, siempre aprendemos a ver en cada una de nuestras compañeras aquellas cualidades con las que nos identificamos en lugar de las que nos puedan distanciar.
Lo más afortunado es que muchos años han pasado y muchísimas amistades nos han quedado, sigan o no bailando en la Casa Al Andalus, hemos compartido y celebrado bailando cumpleaños, logros profesionales o de estudio, metas de vida, bodas, embarazos, mudanzas, despedidas a chicas se han tenido que retirar y bienvenidas a otras que han vuelto… Así también hemos sido compañía en momentos de angustia, alivio en situaciones de estrés y hemos tenido un hombro para cuando alguna llega a bailar con la cabeza baja, porque nos mostramos con nuestras hermanas flamencas tal como somos, ya que para nosotras cada clase es como una terapia, y lo esperemos o no, de fijo saldremos reanimadas.
Lo más importante es que tengamos claro que las amistades cambian, evolucionan y se fortalecen, pero no desaparecen, y que cuando nos permitimos querer a los demás y ser queridos, ¡de fijo ganamos!
Les deseo de corazón círculos de sororidad y hermandad, y amistades de verdad como las que creamos cada año en nuestra Casa Al Andalus.
‘’Te ayudaré a amarrarte los zapatos cuando tus manos se lleguen a cansar,
Te prestaré una de mis castañuelas cuando te haga falta una melodía para bailar,
Te abanicaré cuando sientas que te cueste avanzar,
Te cederé mi bastón cuando no puedas caminar,
Y te cobijaré con mi mantón para que frío no tengas que pasar. ‘’
Por. Kath Fonseca (con cariño para ‘’Las Chachas’’ por 10 años de muecas, 10 años de amistad)
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